De costado viendo la luna y Debussy acompañando.

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Mi cuerpo recostado yacía sobre la hamaca, que se mecía al compás de la música mientras mi alma danzaba gloriosa dando vueltas, el y el ella cada uno por su lado feliz o no se veían tranquilos.
El cuerpo recordaba los arrullos de mamá, sus caricias, la refrescante gota de agua en una mezcla deliciosa entre el dulce y amargo mojando aquellos labios vírgenes, la suave melodía de sus palabras que iban dejando rastro de amor antes de llegar a esos mis oídos. Mientras ese, mi cuerpo viajaba en un mundo de roses de bocas, de melodías, de sabores y desamores; mi alma seguía danzando y mientras lo hacía despedía un olor… como decirlo ¡es inexplicable! lleno de pasiones quizá que traían consigo pensamientos sin limites carentes de realidad y bellos en todo su esplendor que no aceptan resistencia ni rechazo que solo piden que vivas y vueles con ellos. Se va Debussy y con su partida queda inmóvil mi alma frente de mi cuerpo que harán ahora?
Eso no es fácil de saberlo pero en este momento se sabría, el cuerpo al ver al alma desnuda se lanzo sobre ella sin dar tiempo de que pudiera escapar (aunque ella nunca pensó en hacerlo), cayeron tan rápido en el placer que no hubo espacio para ningún pensamiento, solo estaban ellos dos libres de todo que los atara a lo real o imaginario, se besaron, se entregaron y recibieron sin sentirse robados o abandonados y cuando dejaron de ser dos y comenzaron a ser uno desperté de mi sueño letargo.
 

MI CRIMEN ES SOLO LA LOCURA Copyright © 2012 Vinte e poucos