Junio 24

en 10:15
¿Qué inquietud me hace caminar por el cuarto y despreciar la embriaguez que produce el alcohol?

Mi mente divaga en medio de un mutismo absoluto, mis sentidos entran en una anarquía y la vida se pasa sin un solo esfuerzo por quebrar esa vida absurda, sin valor, ni intensidad. Se come, se bebe, se hace las siesta - pasado esto el muerto se entrega solidamente a la cotidianidad-.

Aún así no busco una salida para mi desasosiego físico o imaginario - esa etapa llega a fin -, sino un poco de tiempo, que me permita… acaso vivir, porque mientras lo real resulta impenetrable el mundo abstracto se logra sentir en una realidad virtual, donde no se consigue saber que es verdad o mentira. No se sabrá quien es la persona que realmente teclea del otro lado.

Y de aquel mundo un H-Ada - linda, linda; como en mis sueños imagine, una vez- un maletín perdido y una bella joven augusta y sabia. En una conversación sin ningún problema, tal vez sin mayor significado que le mero acto de decir y esperar respuesta, o sino producir silencio o inventarse otra cosa decirla y ahora sí recibir respuesta; surgió un coliloquio agradable y estimulante como de aquel tiempo que acostumbraba pasar en las noche en los cafés en uno que otro simposio. Y fue cuando debieron decir lo que despertaría por completo mi conciencia.

-¿En qué momento toda mi existencia se convirtió en teclas, ventanas y sonidos agudos… recobrando de esta manera un sentido?

Antaño elegí una manera de vivir, sabía el precio que me costaría… si no lo sabía, lo se ahora. Así, pues ¿Por qué gimotear y lamentarse?...Mi cabeza se muevía de lado a lado, respiré fuerte, grité en el silencio que oprime, apreté los ojos y levemente mi mano se levanto para limpiar con la muñeca lo que nadie debe ver. Creí tener a mi alma, creí que estaba aquí y ahora es como si no hubiera estado nunca. No sería cuerdo decir que estoy viva, mi alma no regresa al cuerpo.

Mi único deseo es el de Ulises: volver a casa.

Admitir el por qué sucede todo esto me produce el mismo efecto que en la tierra ocasiona una roca cuando cae del cielo. Se me escapo sin querer más de lo que deseaba contar, yo pensaba reservar ese secreto para mí. Ignoro las razones que me llevaron a traer todo esto a cuento, y no obstante sé que fue una medida acertada.

A ellas, les debo haber sobrevivido.

Hay muchas cosas por decir pero ahora no se puede. Sé que algo mas hay en mi cabeza, espero recordarlo en una carta posterior.

1 comentarios:

ABEL HURTADO on 6:13:00 a. m. dijo...

Hola,¡ maravilloso tu blog!Admiro tu capacidad literaria. Si escribes tu nombre, será para mencionarte como la extraordinaria escritora colombiana que eres.Puedes darme un seudponimo de escritora, para darlo como mreferencia. Mis respetos. Yo soy cineasta y toco el saxofón, así que soy visual y auditivo. Por ello amo aun mas la escritura. Me gustó tu referencia a Goethe y la suavidad de tus textos.
Es un privilegio ser tu seguidor.

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