Junio 22

en 7:53
Te escribo porque me hostigo de pronto saber que no te he escrito. Quizá, sigas pensando que soy una loca de remate, sin remedio, incapaz… tal vez, que solo puede expresarse escribiendo.

Pronto me mudare a ninguna parte, soy infeliz. Me mantengo en un conflicto porque quiero guardar un buen recuerdo de todo esto, y temo realmente que no vaya a ser así.

Sé, comprendo, lo acepto, es verdad que mi presencia no siempre produce agrado a los que te rodean, pero…sabes? Me alegra verte y no hallarte solo. Siempre me ha sorprendido la facilidad que tienes para entenderte con la gente - perdón por usar este vocablo "gente" - de llegar a un estado unánime, en ocasiones con pequeños comentarios, pequeñas estupideces que revelan la indiferencia con ante las cosas "malucas", sin perder la sonrisa, aunque esta aparente cierta ironía. Pienso mucho en ti, de vez en cuando meneo la cabeza en busca del cielo y me digo "caramba"; yo pensaba que tu y yo… en fin. Fue una delicia llegar y caer en tus caricias. Poder recostar mi mejilla en tu hombro y tu pecho, auscultar tu corazón. Con ello me sentía segura, con ello bastaba.

No es una eternidad lo vivido, pero no quiero levantarme mas, no quiero sentir ese terror de nuevo, ya no puedo más con la vejez de mi adolescencia. Por las mañanas, una profunda tristeza me invade por saber que el marco de actividad que me depara el día se limita a la nada. Sin embargo no tengo miedo de morir, estoy aterrada.

No creo ser capaz de continuar este juego, estoy en un estado pausado pero el botón de start no creo funcione de nuevo, quizá se finalice el juego sin que haya un ganador... En la soledad no solo se vuelca la lucidez, sino también los fantasmas del espíritu. Ella es la responsable de las tropelías que obran sus hijos en las entretelas de mi alma.

Lo mió no es un problema personal, sino privado, sin ninguna importancia para el futuro y devenir del hombre. ¡Cielos! Acabo de admitir que estoy excluida.

Escribo aunque lo haga mal, y lo que escribo no sirve de nada de lo que esperas, pero me sirve para salir de este averno. Porque lo mejor de este arte, es que nadie te dice lo que tienes que hacer… y después - café o trago, un cigarrillo que se quema lentamente y se sostiene donde empieza el corazón y anular - van saliendo tus propias conclusiones, dejando en un segundo plano: el cerebro y su férrea dictadura.

Tenemos que vernos, por favor, no pierdas el contacto conmigo, porque te necesito. Contéstame aunque sea unas pocas líneas.

Un abrazo. Arrière Pensée

1 comentarios:

David Estrada on 12:40:00 p. m. dijo...

:)

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