Palabras de un apolillado Corazón

en 15:05
Pasan los días, algunos alcanzan el cenit otros simplemente se queman en el olvido, cómo puede tornarse todo esto de un momento a otro tan maravilloso cuando hemos deseado desde antaño tirarnos al vacío. No comprendo cómo el dolor que logro preñarse y dar a luz en nuestro interior desapareciera al efímero sentir de la muerte. Nos consolamos con un leve callar.

Retamos a la muerte en muchas ocasiones pero, al llegar la muerte ante ti o tocar la casa del vecino, te asustas y pides más tiempo, más comprensión... quizá también otra oportunidad; te arrodillas ante ella como un cobarde y solo pides misericordia.

Quisieras gritar, llorar, huir cuando ves que alguien que también reto a la muerte fue de capaz mirar a la pálida y fría y la hospedó en su casa.

Aunque no te encontraras cerca alcanzaste a percibir el frío, y deseaste que aquel hubiera esperado tan solo unos momentos, a tu parecer dejar de pensar habría cambiado las cosas; si... quizá ahora no estaría muerto.

Que pasa!!! Por qué es tan difícil entender ciertas cosas. Cómo podemos hacernos tanto daño cuando al final sabemos que yo y mi se tienen únicamente el uno al otro. El amor es el único que no hace necesitar a los otros, comparado con un puerco espín habría de quitar todas las púas para llegar a la piel del animalito; acto que sería doloroso para los dos.

Así es no logre hacer nada con respecto al animalito, ver más allá de las púas que le cubren; entonces de dónde proviene mi dolor, mi desespero, el querer no estar y mandar todo a volar. Mi dolor renace cuando el calor vuelve a ocupar espacio. ¿Acaso debo estar destinada a vivir en un lugar frío para no despreciar tal calor?

Explicarme es más que un enigma, sin embargo pido para aquel considerar aunque sea unos segundo su decisión de partir, pero cuando me encuentro en esa decisión la ignoro por completo; temo que lo que queda de este sea solo estas palabras.

¿Qué necesito acaso para que mi razón de vivir no tenga lagunas de olvido?

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

MI CRIMEN ES SOLO LA LOCURA Copyright © 2012 Vinte e poucos