Mi cuerpo recostado yacía sobre la hamaca, que se mecía al compás de la música mientras mi alma danzaba gloriosa dando vueltas, él y ella, cada uno por su lado se veían tranquilos, quizá hasta felices.
El cuerpo recordaba los arrullos de mamá, sus caricias, la refrescante gota de agua que caían de sus ojos en una mezcla deliciosa entre lo dulce y amargo.La suave melodía de sus palabras que iban dejando rastro de amor antes de llegar a mis oídos.
Mi cuerpo viajaba en aquel entonces en ese mundo de melodías, de sabores y des amores.Y mi alma solo se dedicaba a danzar.
Los pensamientos trajeron consigo limites carentes de realidad y bellos en todo su esplendor. No aceptaron resistencia ni rechazo, solo pidieron que viva y vuele con ellos.
Se va Debussy y con su partida quedaron inmóviles, mi alma frente a mi cuerpo... Que harán ahora?
Cayeron tan rápido que no hubo espacio para nada más, solo estaban ellos dos, libres de todo que los atara a lo real o imaginario, se besaron, se entregaron e igualmente recibieron, sin que ninguno se sintiera robado o abandonado y cuando dejaron de ser dos y comenzaron a ser uno desperté de mi sueño.
De nuevo era solo un ser más.
Arriere Pensee
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